Guilherme Siqueira y Fabián Orellana (sería cedido esa misma temporada al Celta de Vigo), pasan a ser propiedad del Granada, y varios jugadores como Mikel Rico, Dani Benítez, Allan Nyom o el mismo Guilherme Siqueira, dada su gran actuación en Segunda, son pretendidos por diversos equipos de Primera División. En invierno llegó una revolución con las salidas de jugadores importantes como Eguaras o Igbekeme y los casi inéditos Javi Ros y Clemente.